viernes, 24 de febrero de 2012

los otomies

Los otomíes se asentaron desde la época prehispánica en la zona central de México. En la actualidad se ubican de manera mayoritaria en los estados de Hidalgo, México, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Tlaxcala, Veracruz y Puebla.

Las regiones con mayores concentraciones de otomíes son: el Valle Mezquital, el semidesierto queretno, el norte del estado de México y la Sierra Madre Oriental. Estos poseen en la actualidad el 80% de esta etnia que tiene un total de 646.875 personas, según un estudio realizado en el año 2000.

Se los considera el pueblo nativo de las tierras altas de México. Según algunos estudios, se calcula que los Otomíes se asentaron en Mesoamérica desde el 8.000 a. C. justamente en la época en que comienza a extenderse entre las diferentes tribus la vida sedentaria.

En cuanto a su lengua, sufrieron una gran fractura que dividió al grupo otomoanguenao en oriental y occidental. Entre estos últimos se encuentran dos ramas principales, la de los pueblos que hablan tlapaneco mangueada y los oto Pame a los cuales pertenecen los otomíes que se asentaron en el Altiplano Central de México. Dentro de esta misma rama se encuentran los mazahuas, tlahuicas, chichimecas jonaces y pames y matlatzincas.

Esta característica de división dentro de la lengua otomí impide que ellos puedan comunicarse entre diferentes pueblos otomíes a pesar de pertenecer a la misma etnia ya que cada uno se expresa en su propio dialecto.

Por este motivo existen diferentes términos para definir a los otomíes por ejemplo, hñahñu dentro del valle Mezquital, ñatho en el Valle de Toluca, ñ’yuhu en la Sierra Norte de Puebla, ñañho en Santiago Mezquititlán. Todas estas son palabras con las que ellos mismos se denominan.










Historia de los otomies:

Los estudios historiográficos acerca de los pueblos de Mesoamérica no se centran en la historia de los otomíes y de hecho la pasan por alto. Sin embargo, en los lugares en los que estos se asentaron emergieron grandes ciudades como Teotihuacán, Cuicuilco y Tula. A pesar de ello, los otomíes son los grandes olvidados de la historia. La razón que algunos dan es que la complejidad étnica que existían en esos tiempos en la región central de México hace difícil la tarea de determinar qué contribuciones realizó este etnia.

De la época prehispánica se sabe que los otomíes se encontraban completamente asentados hacia el año 5.000 a. C. y estaban claramente unidos por lo que fueron partícipes de la constitución de los grandes centros mesoamericanos. La división de la lengua y la expansión geográfica tuvo lugar luego que lograron dominar el arte de la agricultura. Esto se deduce de la característica que tienen en común las lenguas otomangueanas, poseen una gran cantidad de palabras que aluden a términos agrícolas.

Basándose en el mismo elemento de estudio los historiadores afirman que los oto pames (rama occidental) arribaron a la Cuenca de México en los años 4.000 a. C.


Durante el período Preclásico (siglos XXV a. C a I d. C.) el grupo lingüístico se fragmentó de manera creciente dando como resultado el surgimiento de lenguas totalmente distintas.

El desplazamiento de los otomíes hacia la zona oriental comienza con un acontecimiento que marcó la historia de México y que señaló el fin del período Clásico de Mesoamérica, la caída de Teotihuacán. Para esta época, las grandes sequías que asolaron el norte de Mesoamérica propiciaron la llegada de nuevos pueblos al centro de México. Entre estos se encontraban los nahuas quienes lograron desplazar a los otomíes hacia la Sierra Madre Oriental y al Valle de Puebla Tlaxcala.

A partir de esta época se desarrollaron en el lugar grandes estados comandados por los jefes del pueblo invasor.

En los siglos posteriores, en el territorio otomí florecieron importantes estados todos liderados por pueblos nahuas. En el siglo IX, los toltecas hicieron de Tula (Mahñem en otomí) una de las ciudades principales de Mesoamérica. En esta última, se encontraban una gran proporción de otomíes pero sin embargo, muchos de ellos prefirieron emigrar hacia las tierras del sur en busca de refugio.

Tiempo después emerge otro centro de importancia, el estado tepaneca de Azcapotzalco, en la zona lacustre del valle de México. Este hecho llevó a los nahuas a conquistar los territorios occidentales, tierras que tradicionalmente pertenecieron a los pueblos otomíes, mazahua, atzinca y matlazinca. De este modo los otomíes fueron dominados por los nahuas.
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